domingo, 14 de octubre de 2012

Lidiando con realidades


De repente, tuve la sensación de un golpe en la frente que me obligó a despertar un tanto aturdido, y no fue hasta al cabo de unos instantes que recuperé la razón; creo que no he podido dormir bien desde que murió mí madre. Me acerqué al buró para mirar el reloj y me di cuenta que apenas había podido dormir unos cuantos minutos. Sin más que hacer, me dirigí de nuevo a la cama tratando de conciliar el sueño. Pero esa terrible sensación de soledad no salía de mi cabeza. Conforme las horas pasaban y pasaban, no pude más que dar de vez en cuando unas vueltas acostado sobre mi cama.


En cuanto comenzó a salir el sol me levanté de la cama, pues no le veía sentido a seguir perdiendo el tiempo de esa manera, ya que no podía ni cerrar los ojos. En el silencio de mi habitación, solo escuchaba una voz en mi cabeza que decía: “No fue tu culpa, no fue tu culpa”. Mientras goteaban un par de lágrimas.


¡En qué clase de vida he caído! Apenas dirigí la mirada hacia el reloj y  noté que ya habían transcurrido dos horas desde que me paré frente a la ventana para ver hacia el exterior de mi casa. De pronto, sonó mi celular, y apenas se registró el número telefónico de mi padre en la pantalla, decidí que sería mejor no contestarle. Lo único que ha venido haciendo desde que decidió irse de  la casa y dejarme vivir solo, es pedirme dinero, y la verdad ni tengo ni estoy del todo contento con él.


Creo que lo mejor será que salga a tomar un paseo alrededor de la colonia o tal vez fumar un cigarrillo sobre la acera. Creo que pasar el fin de semana encerrado en casa me ha traído un color frío y pálido sobre la piel.


Pensándolo bien, lo mejor será que me quede en casa. No quisiera encontrarme a Carla. Desde que murió mi madre, se ha portado muy linda, y la verdad me apenaría demasiado si me viera en estas condiciones. Mejor trataré de dormir un poco. Pero antes, llamaré a Carlos para preguntar sobre el taxi que me legó mi abuelo, y que le he confiado para que lo trabaje. Es mi única fuente de ingresos, y si falla, no tendré para los gastos que se me presenten en la escuela.

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